Calibres anglosajones
Se expresan con una cifra seguida por iniciales. La cifra indica el diámetro de la bala en milésimas o centésimas de pulgada (1 pulgada=25,4mm)
Las iniciales corresponden al nombre del fabricante. Cuando la vaina tiene un refuerzo en su base el calibre es seguido de la palabra Magnum o la letra "M". Por ejemplo, 270 Weatherby Magnum.
4. El cartucho de escopeta
Elementos básicos
Vaina
Es el componente que sustenta al resto de los
elementos del cartucho.
Las vainas semimetálicas están constituidas por un tubo de plástico, un taco base y un culote metálico. El tubo se fabrica por extrusión de polietileno de alta densidad que sufre estiramientos longitudinales y transversales que mejoran sus características mecánicas y lo hacen más resistente en el momento del disparo.
El taco de base suele estar fabricado por inyección de un polímero plástico al que en ocasiones se le añaden materiales inertes o cargas con el fin de disminuir su coste y mejorar sus características de elasticidad.
El culote se fabrica sobre una banda de latón o acero latonado que se somete en una prensa con un troquel progresivo a un proceso de embutición profunda.
Estos tres elementos de la vaina conjuntamente con el pistón son ensamblados en máquinas especiales en las que se ejecuta una fuerte presión sobre el taco base, de modo que el tubo queda atrapado entre el mismo taco base y el culote.
Existen también en el mercado otras vainas de plástico que se fabrican por distintos procedimientos de extrusión y conformación mecánica o extrusión e inyección. Estas vainas son especialmente adecuadas para la recarga una vez disparadas, por lo que son particularmente apreciadas en Norte América.
El material utilizado históricamente en la fabricación de la vaina fue el cartón parafinado para protegerlo de la humedad, pero con la introducción del plástico se abandonó su uso dadas las mejores característica que presenta este material.
Los calibres más usuales en la fabricación de vainas semimetálicas son los siguientes: 4, 8, 10, 12, 16, 20, 24, 28, 32 y 36. Algunos calibres intermedios como el 14 se fabricaban años atrás, pero han caído en completo
desuso, no encontrándose en el mercado actual ni las armas ni los cartuchos para los
mismos.
Pistón
Es el elemento iniciador del cartucho por la detonación de la pasta explosiva que contiene en su interior. Existen distintos tipos de pistones por su diseño y dimensiones aunque todos ellos se basan en el mismo principio:
uno o varios granos de la pasta explosiva se ven atrapados entre dos piezas metálicas que los comprimen y provocan su ignición. Genéricamente los pistones pueden ser de percusión anular o en la pestaña o de percusión central, según que el lugar donde golpee la aguja del percutor sea en el centro del mismo o en un área periférica.
En el caso de los cartuchos de escopeta la percusión es siempre central, mientras que en el caso de la munición metálica existe el fuego central (centerfire) o la percusión anular (Rimfire).
El pistón debe estar perfectamente anclado en la vaina y debe tener una sensibilidad a su funcionamiento que no le haga iniciarse por causas accidentales como por ejemplo la caída al suelo de un cartucho. Por otro lado debe funcionar adecuadamente en cualquier tipo de arma que tenga bien tarada la energía de percusión de la aguja.
El dardo de la llama producido por la explosión del pistón penetra a través de la boca de fuego del mismo en la cámara de la pólvora provocando su rápida combustión. El efecto es el mismo que las chimeneas en las armas de avancarga.
Para que el cartucho sea regular desde el punto de vista balístico es preciso que el pistón proporcione una potencia regular y encienda la pólvora siempre del mismo modo. Nunca tendremos un buen cartucho si no disponemos de un buen pistón como iniciador.
El pistón ha evolucionado mucho en los últimos años tanto en su diseño y dimensiones como en la composición del explosivo. Actualmente los pistones comúnmente utilizados no son corrosivos estando exentos de mercurio.
Pólvora
Los primeros cartuchos estuvieron fabricados con pólvoras negras que producían mucho humo y dejaban gran cantidad de residuos en el cañón. Con la aparición de la nitrocelulosa y nitroglicerina emergió una nueva generación de pólvoras modernas más eficaces y limpias.
En la actualidad se utilizan pólvoras de simple base de nitrocelulosa de alto contenido en nitrógeno, que se gelatiniza y estabiliza proporcionando a la carga excelentes velocidades con presiones moderadas.
Estas pólvoras no dejan residuos en el cañón, siendo utilizadas en cantidades que oscilan entre 1,2 y 2,2 gr. para el calibre 12 según el tipo de cartucho.
Las pólvoras de doble base contienen nitroglicerina y nitrocelulosa en proporciones diversas y son utilizadas sobre todo en municiones metálicas y cartuchos de escopeta en Norteamérica. En Europa la pólvora normalmente utilizada en los cartuchos de escopeta es de simple base.
La pólvora se presenta en forma de laminillas, cilindros o esferas de distintas dimensiones y colores. Es un producto poroso que presenta una gran superficie de contacto que favorece la reacción de combustión. En función de su velocidad de quemado se pueden clasificar como muy progresivas a muy vivas.
Según la carga de perdigones a impulsar se deberá utilizar uno u otro tipo de pólvora. Las más progresivas para las cargas más pesadas, las más vivas para las cargas más ligeras.
Taco
Es el componente que separa la pólvora de los perdigones, siendo su misión principal obturar adecuadamente primero el tubo de la vaina y después a lo largo del cañón, evitando la fuga de gases de la combustión de la pólvora.
En caso de no sellar convenientemente parte de los gases escaparían entre las paredes del tubo y el propio taco provocando variaciones
en la presión y en el peor de los casos la fusión parcial de los perdigones de la carga y el efecto bala que podría ser muy peligroso dado su mayor alcance máximo.
Inicialmente se utilizaron como tacos cilindros de fieltro o combinaciones de corcho-fieltro y cartón. En todos los casos la altura del taco debe ser lo suficientemente grande como para permitir que se produzca la obturación adecuada cuando los gases de la combustión someten al mismo a una fuerte compresión longitudinal contra los perdigones.
Un efecto adicional del taco es "muellear" ligeramente absorbiendo parte de la energía del retroceso y haciendo más confortable el disparo.
Con la aparición del plástico se diseñaron los modernos tacos contenedores que además de realizar las misiones expuestas anteriormente de un modo más eficiente y seguro, permiten proteger a los perdigones de la carga durante su movimiento por el interior del cañón. Se evita sí la deformación de algunos perdigones y una sustancial mejora del plomeo o rosada.
El taco contenedor consiste en una copa con dos cazoletas situadas en posiciones opuestas. Una de ellas alberga la carga de perdigones, mientras que la otra se enfrenta a la pólvora y está dotada de labios finos que sellan perfectamente en el momento de la combustión.
Las dos cazoletas están unidas por un pilar de diseños muy diversos cuya misión secundaria es "muellear" en el momento del disparo y hacer más confortable el cartucho.
El pilar de unión desaparece en los cartuchos de perdigones de acero, pues la menor densidad de este material hace necesario disponer de un espacio para alcanzar el mismo peso que con los perdigones de plomo. El polímero utilizado es polietileno de baja (perdigón de plomo) o alta densidad (perdigones de acero)
El contenedor de los perdigones suele tener varios cortes longitudinales con objeto de permitir una rápida separación del taco y los perdigones una vez iniciado el vuelo hacia el blanco.
Existen tacos contenedores que alojan en su interior pequeños discos de corcho con la misión de proteger a los perdigones en el momento del disparo. El taco es un elemento fundamental en la consecución de la regularidad balística, en presiones y velocidades.